A pesar de que el Gobierno nacional llegó a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, aún se siguen debatiendo algunos detalles.
En la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, el discurso de Alberto Fernández pudo ensamblar el pasado y el presente de nuestro país, y lo que podría ser de la economía argentina en un futuro próximo. El presidente realizó un análisis detallado de la deuda recibida de la gestión anterior; luego habló del presente que atraviesa nuestro país, con un análisis un tanto menos preciso, y finalizó en lo que sería su visión a futuro sobre la economía local.
La fórmula a través de la cual se planea mejorar la economía, va por el camino de lograr un déficit fiscal que vaya disminuyendo a fuerza de mayores y mejores ingresos del Estado. Se realizarán gastos reales en sectores estratégicos que podrían otorgarle al país un crecimiento en términos reales.
En lo que respecta a las tarifas de luz y gas, podrían alcanzar un aumento por encima del 20%, debido a que ostentarán un factor de ajuste atado al 80% de la variación de los salarios.
Confiando en las garantías colaterales, los dólares que ayudarán a paliar las exigencias del Fondo, el Gobierno anunció que buscará apuntalar el sector externo para que se transforme en el motor del crecimiento de la economía.
Un conjunto de proyectos de ley buscarán ser sancionados por el Congreso nacional, permitiendo que sectores estratégicos como los agronegocios, la minería y los hidrocarburos, se potencien. Dichos sectores, entre otros, serán dotados de un estímulo fiscal de parte del Gobierno; una parte de la sociedad terminará subsidiando a estos sectores que permitirán solventar el repago del préstamo.
Otro de los planeamientos sobre los que se basará el Gobierno para subsanar la economía, se trata en buscar apaciguar la escalada inflacionaria y bajar el gasto público. La inflación descendería a causa de un menor déficit fiscal y un fuerte recorte de la emisión monetaria. “Seguiremos la senda de ordenar las cuentas públicas sin condicionar nuestras políticas de justicia social”, dijo Alberto Fernández.
Según el Gobierno, deberá sacrificarse el crecimiento económico y desistir de las herramientas que se venían implementando para desacelerar la inflación. El plan central será la expansión del sector externo mediante la administración exhaustiva de dólares provenientes de las exportaciones, sin dejar de sostener la obra pública.
Además, se dejó en claro que no será alterada la edad jubilatoria ni se realizarán reformas laborales ni previsionales. Se aproxima el anuncio con el Fondo Monetario Internacional y todos los detalles deberán llegar al Congreso brevemente.
