Ayer, pasadas las dos de la tarde, inició el debate por la reestructuración de la deuda con el Fondo Monetario en el Senado de la Nación. Con la ausencia de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y la presencia de 48 senadores, se terminó por aprobar el acuerdo con 56 votos a favor, 13 en contra y 3 abstenciones.
El momento de la votación fue coordinado por Claudia Ledesma Abdala, presidenta provisional de la Cámara de Senadores, ya que Cristina Fernández se retiró del recinto en medio de la exposición de Luis Naidenoff, jefe del bloque de la UCR.
Tras nueve horas de debate, se inició el proceso de votación, con la mirada fija en los legisladores pertenecientes a La Cámpora o cercanos a Cristina.
Las senadoras María Inés Pilatti Vergara, Nora Del Valle Giménez y María Eugenia Catalfamo, anticiparon su voto en contra mientras que Silvia Sapag confirmó su voluntad de abstención.
La salteña Nora Giménez, quien fue la primera en anunciar sin rodeos ni metáforas que votaría en contra, expresó que no votaba “en contra del Gobierno, del presidente ni de la vice. Voto en contra de la deuda ilegítima que dejó Macri y del FMI. Las deudas se honran, pero las estafas se denuncian”, sentenció la legisladora firmemente.
De idéntica manera, la senadora por Neuquén Silvia Sapag aseguró que “esta es una deuda odiosa, donde están en connivencia quien otorga el crédito y quien lo pide. Fue el plan perfecto”, acusó severamente.
Después de confirmar que votaría a favor del acuerdo, el senador Martín Lousteau apuntó contra el gasto público: “Mientras la provincia de Corrientes se incendiaba, la Secretaría de Ambiente se gastó 30 millones de pesos para explicar todo lo que no hicieron por los correntinos”, esbozó con indignación. Seguidamente, citó fragmentos de “Sinceramente” – el libro que Cristina Kirchner publicó hace algunos años – en donde la autora hace referencia a la gestión del patrimonio familiar, en movimientos de activos que para el Kirchnerismo podrían tratarse de “fuga de capitales”.