A raíz de este veredicto y para no dejar acéfala a la cúpula del Escuadrón, se nombraron nuevas autoridades: el comandante Sergio Esquivel, quien deberá hacerse cargo de la gestión de la institución.
González Craham fue acusado de ser partícipe necesario en el hecho, en tanto que Ibáñez fue declarado como autor material del ilícito. El mismo habría sido llevado a cabo el día 26 de febrero en el despacho de González Craham.
Según indicaron las fuentes, a pesar de haber advertido que la puerta de ingreso al despacho y la caja fuerte tenían las cerraduras forzadas, el comandante recién llamó a un cerrajero 5 días después, el día 3 de marzo, cuando recién dio a conocer el hurto.
El jefe tenía bajo su resguardo, una suma de dinero en efectivo que superaba los 7 millones de pesos, 11 teléfonos, 28 módulos de celulares, 72 sobres con repuestos, dos discos rígidos y una cantidad de 40 mil pesos pertenecientes al Tesoro del Casino de Oficiales.
La fiscalía acusó inconsistencias en la declaración de González Craham. Según el acusado, el cerrajero le confirmó la violación de las cerraduras. Por su parte, el trabajador desmintió los dichos y además declaró que le llamó la atención ver al comandante con guantes de látex cuando arribó al despacho.