Desde el sector advierten que esa restricción favorecería la comercialización de productos falsificados y se vería afectado el Fondo Especial del Tabaco que, estiman, podría perder unos 3.000 millones de pesos.
Cuando el sector tabacalero argentino comenzaba a reponerse, tras el fallo de la Corte Suprema contra las cautelares que desfinanciaban el FET, aparece en escena un nuevo escollo para los recursos que, por ley, tienen como destino a los productores tabacaleros.
Un proyecto de ley presentado por legisladores del Frente de Todos de la provincia de Buenos Aires, además de plantear una serie de restricciones para los fumadores, pretende prohibir en los espacios de venta, la exhibición de los paquetes y de cualquier logo o etiqueta que identifique a alguna marca de cigarrillos o empresa.
Desde el sector estudian el proyecto y observan con preocupación la posibilidad de una fuerte caída de las ventas de los cigarrillos “formales” y que ganarían terreno los del comercio ilegal, no solo los que ingresan de países vecinos, sino también de las pequeñas fábricas que funcionan en varias provincias argentinas.
En este sentido Enrique Cornejo, referente de la Cámara de Tabaco de Salta, comparte su preocupación sobre la situación del sector. “La actividad tabacalera es una actividad fundamental para 7 provincias y se ha visto desfinanciada por la falta de pago de los impuestos correspondientes por parte de algunas empresas del sector desde el año 2016, crisis que se profundizó cuando llegó la pandemia”, expresó Cornejo.
El dirigente de la Cámara de Tabaco de Salta hace referencia al potencial desfinanciamiento de las provincias tabacaleras ya que si este proyecto se sanciona sostienen que será difícil para los consumidores distinguir entre productos auténticos, de contrabando o falsificados ya que los consumidores ya no serían capaces de ver como lucen los productos genuinos.
La Provincia de Buenos Aires, zona sobre la que pesarían las nuevas restricciones, representa buena parte de las ventas de cigarrillos a nivel nacional y como consecuencia de la caída en volúmenes.
Del mismo calculo y análisis, surge que “esconder” los cigarrillos, no evitará más fumadores, pero si permitirá que el mercado ilegal se expanda y lógicamente el estado reciba menos impuestos a pesar de que se siga consumiendo en los mismos niveles.
Cabe destacar que los impuestos superan el 80% del costo de cada paquete de cigarrillos, y que la industria del sector en argentina es una de las mayores aportantes al fisco nacional, con más de 200.000 millones de pesos anuales de desembolsos en materia impositiva.
Atento a las características de los plantadores de tabaco en el norte argentino, el FET es esencial a la hora de complementar el precio, brindar asistencia y financiar nuevas alternativas a los productores.