Por la liquidación de la cosecha gruesa, comenzó la temporada alta de oferta de dólares y demuestra una continuidad con respecto a los récords exportadores alcanzados durante el 2021.
Asimismo, este año se suma el factor del alza de precios provocado por la invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, la performance del Banco Central preocupa al mercado ya que está acumulando un nivel de dólares escasos, principalmente si lo comparamos con el mismo período del año pasado.
Si la entidad liderada por Miguel Pesce no logra revertir esta situación en los próximos meses, que, por una cuestión estacional, son los de mayor ingreso de divisas, puede peligrar el cumplimiento de la meta de reservas acordada con el FMI.
El jefe de macroeconomía en Portfolio Personal Inversiones, Emiliano Anselmi, señaló: “En las 74 ruedas que va del año, el BCRA compró U$S 133 millones, contra U$S 3.433 millones del año pasado. Por su parte, abril viene siendo un mes magro en términos de cosechas; logró un balance positivo de U$S 167 millones de dólares, muy por debajo de abril del año pasado, que fueron aproximadamente U$S 1.100 millones”. Entre los principales motivos que explican esta tendencia, analistas señalan a la apreciación del tipo de cambio real como uno de los principales factores.
Anselmi planteó que el tipo de cambio real se apreció mucho de un año a otro: “Si lo tomamos desde diciembre de 2020, que es el máximo de la gestión de Alberto Fernández, hoy se ha caído 19%, lo que significa que los argentinos, medidos en dólares oficiales, somos cada vez más ricos, por lo que podemos importar más, demandar más turismo, más servicios y las empresas tenedoras de deuda privada salen a demandar dólares para pagar su deuda a un tipo de cambio subsidiado. Asimismo, si observás la cantidad de pesos que hay en la economía, el agregado monetario, medido al dólar oficial está 30% arriba interanual, por lo tanto, hay muchos más pesos que te pueden demandar dólares oficiales respecto al año pasado. Por eso al BCRA le está costando mucho acumular, dado que aumenta la demanda”.
El BCRA aceleró el crawling peg en los últimos meses para sostener el tipo de cambio real multilateral en el nivel de fines de 2021, como se acordó con el Fondo. En abril elevó la depreciación al 4% mensual, tras el 3,3% de marzo. Sin embargo, este ritmo no resulta suficiente ante la aceleración inflacionaria de los últimos meses.
Sobre este punto, Claudio Caprarulo, director de la consultora Analytica, sostuvo que el camino que comenzó el BCRA para no atrasar el tipo de cambio es correcto en vistas de volver a equilibrar el mercado de cambios. Sin embargo, apuntó: “El problema es que con la aceleración de la inflación el cambio que hizo en su política perdió efectividad. De todas formas, es claro que una fuerte devaluación y suba de tasas no haría otra cosa más que agravar el problema. La deuda pendiente del gobierno es trabajar sobre las expectativas”.
En esta línea, Adrián Yarde Buller, economista en Facimex Valores, dijo que la aceleración de la tasa de devaluación tiene como objetivo principal ir cerrando la brecha cambiaria y poner un freno a la apreciación que se generó en 2021. Y añadió: “Mantener a la tasa de interés por encima de la tasa de devaluación es central para que una estrategia de devaluación gradual no acelere la pérdida de reservas, ya que de lo contrario los exportadores tendrían incentivos a financiarse en pesos y postergar la liquidación de exportaciones a la espera de un tipo de cambio más alto. Por eso, si el BCRA quiere acumular reservas tiene que ir subiendo tasas a medida que acelera la devaluación. Igualmente, toda esta estrategia pierde efectividad en un contexto de fuerte aceleración inflacionaria donde no aparece un ancla nominal para las expectativas y comienzan a crecer las dudas alrededor del cumplimiento de las metas fiscales”.
Anselmi y Albornoz coincidieron en que el BCRA tiene que acomodar la tasa en pesos por encima del crawling peg si quiere que la liquidación del agro en este periodo estacional alto fluya. “Lo que ocurrió en las últimas semanas fue extraño, ya que el martes devalúo al 40%, el miércoles al 49% y el miércoles de la semana pasada al 58%. Es decir, entre al 40% y 58% hay un rango muy amplio, por lo que desconcierta al mercado sobre cuál es la tasa de devaluación que quiere”, observó Anselmi.
Otro factor que impacta en el desempeño del BCRA es el aumento de las importaciones en comparación al año pasado. Caprarulo advirtió que “el intercambio comercial está en valores récord tanto para las exportaciones como para las importaciones” y que “el problema es que el nivel de estas últimas creció a una tasa mayor y durante el primer trimestre el saldo comercial fue el más bajo desde 2018”.
Al respecto, Albornoz sostuvo que específicamente en este mes “el problema del gasoil es transcendental” en lo que hace al saldo comercial, tras las denuncias de los transportistas para obtener un correcto abastecimiento de combustibles.
El acuerdo con el FMI contempla una acumulación de U$S 5.800 millones para este año. El primer trimestre se lograron cumplir las metas tanto del déficit, emisión y reservas, pero en este último punto se contó con la ayuda del primer desembolso del Fondo, tras cerrar el acuerdo a fines de marzo. ¿Qué expectativas hay para los próximos meses?
Anselmi balanceó las posibilidades: “Veo difícil el cumplimiento de las metas de reservas, porque tiene metas acumulativas trimestrales. La del primer trimestre la cumplió por el desembolso del FMI, pero la cuenta que nos da es que tiene que comprar más o menos U$S 2.500 millones de ahora a fines de junio, y a este ritmo no lo logra. Sin embargo, el periodo fuerte de estacionalidad del agro es en junio, por lo tanto, no sería tan tajante, pero es difícil sobre todo con un tipo de cambio real muy apreciado”.
“Si el BCRA no logra acumular reservas en los próximos dos meses, probablemente veamos un incumplimiento con el FMI respecto a esta meta. Estos meses son los que más dólares entran a las arcas del Banco Central. Mientras que el segundo semestre es mucho más desafiante en materia monetaria y cambiaria, porque si el BCRA no compra genuinamente dólares en estos meses de la fuerte liquidación del campo, que es el principal oferente de divisas del país, muy difícilmente pueda cumplir la meta y logre acumular reservas netas a lo largo del año”, planteó Albornoz.
Por su parte, Caprarulo remarcó el alza de los precios y el efecto positivo que puede traer al país: “Los términos de intercambio están en niveles históricamente muy favorables para la Argentina. El aumento en el precio de nuestras exportaciones también presiona sobre los precios internos y no ayuda a estabilizar la economía, pero deberían prevalecer los efectos positivos. Si el gobierno lo sabe aprovechar, este año el saldo comercial tiene que crecer respecto al año pasado y así el Central podrá acumular más dólares”.
Mientras que Yarde Buller apuntó que “abril no arrancó de la mejor manera en el frente cambiario, ya que la aceleración de la tasa de devaluación y las subas de tasas por ahora no están alcanzando para que el BCRA pueda mostrar compras de dólares más significativas”. Y agregó: “Creemos que el Central puede acercarse a las metas fijadas por el FMI comprando al Tesoro dólares que obtenga como financiamiento de organismos internacionales y también parte del crédito del propio Fondo, por lo que todavía hay espacio para acercarse a la meta del segundo trimestre”.