Luego de que se apruebe formalmente el acuerdo entre nuestro país y Fondo Monetario Internacional, la entidad multilateral publicó el reporte de su staff técnico con respecto a la situación de la Argentina, las propuestas y las características del nuevo programa acordado. Allí, resaltaron que las políticas monetarias y cambiarias desempeñarán un papel fundamental para lograr estabilidad macroeconómica, acumular reservas y bajar la inflación.
No obstante, debido a “una posición inicial de reservas bajas, inflación alta y no anclada, desajustes de precios relativos, brechas considerables en el tipo de cambio y aumento de los precios mundiales de las materias primas”, el equipo de trabajo del FMI reconoció que el punto de partida es todo un desafío.
A causa de ello, expresaron que es sumamente necesario realizar una “rápida recalibración de las políticas monetaria y cambiaria para proteger las reservas y contener los efectos secundarios de los shocks de precios de las materias primas”; siendo esencial una fuerte coordinación con las políticas fiscales, enfocadas en los programas de protección social existentes y bien orientados.
El acuerdo con el FMI propone minidevaluaciones administradas del peso (que ya empezaron a acelerarse). El ritmo de devaluación debe “garantizar un tipo de cambio real competitivo” con el objetivo de lograr un superávit comercial estable, que ayude al cumplir el objetivo de acumular US$15.000 millones en reservas hasta el 2024.
El FMI aconsejó “abstenerse de intervenir en el mercado de valores (CCL, Contado con Liquidación) y limitar la intervención en el mercado de dólar futuro, sólo a las circunstancias en las que se requiera orientación a futuro sobre la política monetaria”.
En cuanto al cepo cambiario, el equipo de trabajo del FMI recomendó al Gobierno poner en marcha un régimen eficaz de manejo de flujos de capital, que pueda contribuir a relajar gradualmente las restricciones vigentes en el mediano plazo.
También, el FMI dijo que es necesario “racionalizar” la deuda del BCRA y pidió impulsar las colocaciones en la recientemente creada Leliq a 180 días, en lugar del instrumento a 28 días. En ese sentido, proyecta que la deuda del BCRA baje 2 puntos en términos del PBI entre 2022 y 2027 (del 10% al 8%).
“Las autoridades están comprometidas con el fortalecimiento del régimen de crawling peg, manteniendo tasas de política reales positivas, mejorando el mecanismo de transmisión de la política monetaria y asegurando la competitividad del tipo de cambio real”, reconocieron.
Y agregaron: “Sin embargo, las tasas de interés desempeñan un papel parcial en el anclaje de la inflación y el apoyo a la demanda de dinero y que también se debe tener cuidado para evitar los efectos desestabilizadores de los crecientes déficits cuasifiscales”.